Dicho esto podemos imaginar antes de escucharlo que el pop fresco de luz y colores, acompañado de melodías melancólicas, son los rasgos característicos del disco. Y sí, un afluente es ese, pero el otro es que The Legends en este, su cuarto álbum, se han enfadado, se han enchufado a la corriente alterna, y las puas de sus guitarras transitan por el mastil distorsionando con atrevidos sucios sonidos… ¿garajeshoegazing?, sin perder de vista su ramalazo y orígenes. La gracia del asunto es que, con estos argumentos, que podrían echar para atrás, seguramente consigan hacer de este sonido algo más cercano y accesible.
No descubren nada, de hecho copian sin demasiados miramientos, pero les da igual. Unas gotitas de aquí, media ración de allá, se agita, y listo para servir en bandeja un disco que se hace disfrutable, completo, y en definitiva, una de las agradables sorpresas de este 2009.
Por aquí podéis catar: The Legends – Always the same
Ya sabéis que si os gusta, se compra y todos contentos.
mola molt el so! bona troballa